lunes, 11 de octubre de 2010

Análisis de la crisis del 30 de septiembre del 2010 en Ecuador. El magnicidio perfecto

Por Centro Andino de Estudios Estratégicos...

La crisis del 30S reveló un conjunto de problemáticas que ya estaban insinuadas en el escenario previo, que requieren un análisis en profundidad, tanto, en lo que se refiere a sus antecedentes, su proceso y potenciales consecuencias.

 
En base a los datos que disponemos, los elementos observados, articularemos un análisis que aporte a la comprensión de la crisis producida por la sangrienta sublevación policial y militar, (la actuación de la Fuerza Terrestre en el rescate al Presidente de la República, la opacidad deliberada de la Fuerza Naval, ha soslayado los movimientos militares, en un complejo campo de interacciones entre las Fuerzas, al igual que dentro de ellas, que produjeron la toma del aeropuerto de Quito por parte de un sector de la Fuerza Área Ecuatoriana – FAE), que nuevamente colocó al Ecuador en una situación política e institucional de ‘pronóstico reservado’.
 
El escenario de crisis no está disuelto, es más está planteado en un contexto distinto, catalizado por la misma sublevación que implicaba un golpe de Estado potencial y por ello es necesario ser lo más exactos posibles en su estudio para dar el mejor tratamiento a un problema cuyas proyecciones no se agotaron en el 30S. Las condiciones estructurales que posibilitaron el intento de golpe de Estado permanecen, y sus consecuencias deben ser, en lo posible, pronosticadas para aportar a la consolidación de la República, la Democracia y el Estado.
 
Culpar de todo a Sociedad Patriótica y a los hermanos Gutiérrez nos puede hacer perder de vista otros factores o variables que incidieron en la crisis y en general en el proceso conspirador que siempre estuvo en curso. Hacer lecturas simplificadas es un error que puede llevarnos a cometer graves equivocaciones.
 
Después de la primera fase de creación del marco constitucional del 2008, resultante de una crisis orgánica del régimen político (crisis de legitimidad institucional; crisis del sistema político, esto es de los sistemas de mediación entre la sociedad y la forma del Estado, representada en la articulación regional e interétnica) que se arrastraba hasta el triunfo de la Revolución Ciudadana; la segunda fase, que está siendo torpedeada por los intereses tradicionales, busca institucionalizarse a través de la promulgación de leyes orgánicas.
 
Por ello, es necesario señalar que el centro de gravedad donde converge el conflicto de lo que antes se conocía como ‘lucha de clases’, -ahora le podemos llamar de cualquier forma-, es la Asamblea Nacional, donde se expresa la sociodiversidad característica del Ecuador y la incapacidad de las élites tradicionales de asumir las consecuencias de su gestión hegemónica y disolutoria, interviniendo para evitar una reconstrucción de la comunidad política nacional con un sentido redistributivo, participativo y soberano.
 

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